La palabra Akadama siempre va de la mano con la palabra bonsái, y es así al menos desde que hice mi primera búsqueda del tema en internet en los 90´s.

Hablar del sustrato inorgánico Akadama es remontarnos a muchos cientos si no son miles de años atrás en la evolución del arte bonsái, pasando por la Indica, Japón, China, Europa y finalmente todo occidente.


Principalmente debemos enfocarnos en Japón, pues su auge se dio en la tierra del sol naciente, y allí nació su nombre también. El término AKADAMA es la unión de las palabras japonesas “bola/aka() roja/tama()”, y es debido a que la Akadama es una arcilla granular de coloración roja/marrón de origen volcánico que sólo se encuentra en Japón.


¿Cómo se produce Akadama en Japón?

Al ser una arcilla de origen volcánico, esta debe ser extraída de suelo japonés en canteras especializadas, posteriormente debe de determinarse que granulometría tendrá para su posterior venta. La granulometría puede variar desde los 2 mm hasta los 12 mm.


¿Existen diferentes tipos de Akadama?

Más allá del tamaño diferenciado en la granulometría que va desde los 2 mm hasta los 12 mm, existe Akadama categorizada por la dureza y la cantidad de grados centígrados que fueron expuestos al calor los granos de arcilla al momento de su cocción. Los tipos de Akadamas son los siguientes:

-Shohin Jirushi: Esta Akadama no se trabaja a altas temperaturas, por el contrario, su proceso de “cocción” se da con los rayos del sol, su dureza es buena por el precio del producto.

-Ibaraki: Esta Akadama es la más usada en el mundo por tener un precio cómodo y características de cocción superiores al Jirushi. El Akadama Ibaraki pasa por un proceso de cocción que bordea los 300 °C en hornos especializados, lo que da como resultado una dureza muy superior a la Jirushi, que permite una duración mucho más prolongada en macetas.

-Tokoname: La Akadama Tokoname es la categoría más cara y no es en vano, su proceso de cocción bordea los 1200 °C. Su dureza es la más alta en el mundo Akadama, y su uso es parte fundamental de bonsáis ya formados, pues por esa alta dureza puede permanecer por muchos años en las macetas sin degradarse ni perder su granulometría con todas las características que la acompañan.


¿Por qué es tan importante el Akadama en un bonsái?

-Cuando la Akadama está seca, su color es un marrón claro, pero al estar húmeda pasa a un marrón oscuro que permite determinar el momento oportuno de regar el bonsái.

-Por sus formas en gránulos permite la aireación del sistema radicular del bonsái.

-Su alta porosidad permite mantener la humedad y aireación en un muy buen equilibro.

-Su capacidad de intercambio catiónico no tiene comparación con otros sustratos.

-La función drenante del Akadama permite prevenir y evitar encharcamientos que puedan terminar en el ahogamiento de las raíces.

-Por su forma granular y porosidad, la Akadama no se compacta como otros sustratos, lo que permite un buen desarrollo radicular.

-Muchas más.